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De la vista nace el amor

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Sería hipócrita negar que el aspecto de alguien influencía en nosotros algunos prejuicios. Negarlo, sería como negar que tenemos ojos.

Como especie, debemos ser conscientes de que somos seres sensibles. Y no nos referimos a sensibles de sentimientos, sino a sensibles en cuanto a que nuestros sentidos influencían mucho nuestra forma en cómo concebimos lo que nos rodea.

Lo vemos desde los bebés: la primer forma en cómo empiezan a identificar quiénes son sus padres es a través del tacto, el oído y la vista. Y si el bebé es amamantado, podríamos decir que hasta del gusto.

De hecho tal vez te haya tocado ver en alguna caricatura esa narrativa en donde un patito o un pollito estaba por nacer, y al nacer lo primero que ve es a otro personaje que no es su mamá pato, pero el animalito se confunde y adopta a este personaje como su figura materna.

Y estos efectos de los sentidos sobre nuestra percepción es algo que sigue teniendo vigencia hasta el último de nuestros días.

Tan solo acordémonos de las últimas personas que nos atrajeron, incluyendo nuestra pareja. ¿A caso podrías negar que algo tuvieron que ver los sentidos? Y no nos estamos refiriendo solo al aspecto físico o belleza, sino también a cómo olía, cómo se vestía o incluso el tono de su voz.

Queremos o no todo estos juegos de los sentidos son muy relevantes durante la etapa de enamoramiento. Y como ya lo sabemos, la etapa de enamoramiento dura en promedio dos años. Por lo que mantener este juego de los sentidos durante toda la relación se vuelve algo relevante para quien quiera revivir constantemente ese enamoramiento.

Es por eso que nosotros sostenemos que esa frase de «lo que importa es lo de adentro», puede estar demasiado romantizada, e incluso creemos que en muchas ocasiones se usa para excusarse del auto descuido y conformismo en el que muchas veces caemos.

Sobre todo en parejas que ya tienen tiempo juntos. Porque cuántas veces no hemos visto parejas que su imagen física, sus cuidados y demás cosas se fueron degradando con el paso del tiempo. Muchas veces como consecuencia de una sobre confianza, por sentir que ya se tiene a la otra persona «segura».

En cambio, cuidar esos aspectos, pueden estarle dando una viveza permanente a la relación, porque al ser seres sensibles, alimentamos los sentidos de nuestra pareja con nuestra presencia, imagen, olor, y demás, de una manera que resulta bastante agradable e incluso excitante.

Además de todo, hay muchas actividades que pueden ser compartidas y disfrutarse en pareja, como el hacer ejercicio. Esto, además de que beneficiará tu salud y tu imagen, beneficiará la relación al compartir más actividades juntos.

Y para finalizar, es importante remarcar que, aunque todo esto conlleva bastante esfuerzo y más cuando los años empiezan a pesar, estos cuidados se convierten en un doble acto de amor, pues lo estás haciendo por ti y también por tu pareja.

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