Estamos hechos de nuestro pasado, de eso no hay duda. Haya sido bueno, o malo, estamos hechos de él con todas las matices de claros y oscuros. Lo que tenemos que aprender es que en el pasado hay siempre un gran valor, como un diamante en bruto.
Por eso lo más sano es sacarle provecho a ese pasado. Este proceso puede ser doloroso, e incluso puede necesitar acompañamiento profesional, pero al final los resultados serán de un valor altísimo, como el diamante después de trabajarlo.