No es un secreto que si miramos entre las piernas, nos daremos cuenta que hombres y mujeres somos diferentes. El detalle es que no somos diferentes solo en el sexo, sino también en nuestras reacciones a estímulos, nuestra forma de pensar y la forma en cómo nuestro cerebro trabaja en general. Aún así, nuestra especie es tan rica que incluso entre el mismo sexo hay variaciones, y es por ello que, para poder entendernos, debemos de tomar dos cosas muy en cuenta: no idealizar al sexo opuesto y tratar de ponernos en su zapatos para tratar de comprenderlo.
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