El desarrollo de una relación en pareja es similar a ese jueguito típico que encontramos en los parques: el sube y baja. O popularmente llamada «subibaja».
Este famoso juego en donde cada uno se sienta en un extremo y el uno impulsa al otro hacia arriba y abajo usando sus pies junto con su peso corporal.
Y en una relación pasa esto todo el tiempo, como un ciclo en donde uno entra y el otro sale. A veces es uno el que está motivado y siente esa energía para empujar su voluntad a mejorar en su persona. Y a veces es el otro al que le toca sentir esa fuerza, mientras que, el que se encontraba arriba, va entrando a un estado de stand-by.
Todo esto es un ciclo normal dentro de una relación, y justo es parte de lo bonito de una relación: tener siempre a alguien que pueda empujarte o jalarte a ir más allá. Sobre todo en los momentos en donde menos ganas se sienten.
Una forma de utilizar positivamente estos ciclos, así como el sube y baja utiliza la inercia, es ser conscientes de en qué estado nos encontramos cada uno y comunicarlo de forma clara a nuestra pareja.
¿Me siento animado? Se lo comunico. Tal vez pueda ayudarle de alguna forma.
¿Me siento estancado o sin ganas? Se lo digo con la intención de que pueda ayudarme.
Otra cosa importante es que, aunque tengamos a nuestra pareja para ayudarnos e impulsarnos, debemos de hacernos responsables de nuestro estado actual. Esto podría darnos la luz para darnos cuenta de porqué los ciclos negativos son más largos o más frecuentes, y podremos entender cómo extender más los positivos.
Si tomamos estas dos herramientas juntos en pareja, y las empleamos de forma sencilla, acompañadas de un diálogo fluido y natural, encontraremos lo bonito que es crecer en pareja, uno de la mano del otro.
Y por último, como consejo, te recomendamos siempre utilizar durante estos procesos algo de psicología positiva. Te aseguramos que en momentos de oscuridad, encontrarás mucho más fácil la luz.